Concordia –  Entre Ríos – Argentina  año 2004

 

Charla de apertura al Taller para Docentes de distintos niveles, organizado por la escuela rural  “La jirafa  azul

 

 

El mejor detergente para la polución sonora es el SILENCIO                       

 

¿Hay algún momento del día en que disfrutamos de unos minutos de silencio?

¿Por qué al silencio lo confundimos con aburrimiento, o con nada?

Como si la nada fuera solamente nada…

¿Cómo es el mapa sonoro de nuestra casa??

Tarea para el hogar:

¿Cómo es el despertar de cada uno?:

 

un pajarito  / voces de la calle / los pasos de mamá en la cocina /  las toses de papá en el baño /

El sonido de la ducha ¿es igual al de la canilla del lavatorio y la descarga del inodoro?

¿Qué botón apretamos primero?: la radio / la tele / la compactera / el celular / la PC?

 

¿Y si no apretamos ningún botón…?

 

Jorge BonaldiNana del velero

 

Esta canción es casi una canción de cuna.

Me pregunto que está pasando con la canción de cuna, que en realidad es el momento de total intimidad, calor, dulzura; el bebé se resiste a dejarnos, ¡está tan cómodo!

Mamá, papá, ¿aprovechamos la intensidad de estos momentos, que son tan breves en nuestra vida y pasan y no vuelven…?

 

Todavía se conserva en los jardines la buena costumbre de la ronda, que tiene que ver con nuestro cancionero tradicional donde los juegos  solían  acompañarse con canciones y viceversa.

 

La ronda:

 

Todos en primera fila, con ocasionales protagonistas que iban turnándose.

Una forma de ir licuando la timidez de algunos  o la excesiva exposición de otros.

Formas de compartir: los grupos enfrentados avanzando y retrocediendo

“buenos días su señoría mantantirulirulá”

 

Sospecho que hoy, los chicos  – y los grandes –  miramos más a la estrella de turno, única protagonista que desde la pantalla chica va marcando a fuego sus movimientos, sus tics, su color de pelo, entonces a la hora de moverse todos nos movemos a la manera de… eso que se mueve todas las tardes a la misma hora en la misma forma.

Porque lo que vemos y oímos es nuestro alimento.                                          

Lo  absorbemos, lo incorporamos y cuando nos expresamos, proyectamos hacia fuera lo que hemos internalizado.

Por eso “dime lo que cantas  y te diré que escuchas”

Salvo excepciones la información sonora y visual que recibimos es machacona  y nos provoca respuestas machaconas.

Estas informaciones cotidianas nos van adiestrando como para que no nos demos cuenta de la prepotencia con que nos son transmitidas.

Y así es como lo cotidiano se vuelve  normal y lo normal se convierte en natural.

Y en este laberinto de confusiones la agresividad sonora se confunde con energía, el movimiento rápido pasa a ser sinónimo de ritmo (como si  la música o las canciones lentas carecieran de ritmo), y la burda grosería se acepta como si fuera picardía.

Lamentablemente este es el espejo de una realidad compartida a nivel mundial.

Pero ¿la realidad es únicamente eso?

Nuestros niños y niñas del siglo XXI tienen derecho a que exploremos, encontremos y compartamos con ellos otra realidad.

Y, obviamente, tienen derecho a ser más escuchados.

Todos tenemos derecho a conocer la riqueza y diversidad de nuestra cultura y de otras culturas. La diversidad en la información: radio, TV, discos, cine, diarios, revistas, etc., nos permitiría elegir, seleccionar mensajes que enriquezcan nuestra sensibilidad, que afinen nuestra percepción, que nos den la posibilidad de expresarnos a través de lenguajes variados y desarrollar nuestra creatividad.

 

Si cada vez nos muestran más de lo mismo, entonces tenemos menos opciones.      

 

Creo que hay que resistir y hacerse cargo.

Ser responsables del alimento físico, intelectual, y emocional, que recibimos y damos a nuestros chicos.

¿Leemos poesía?  Hay para todos los gustos.

La poesía tiene la virtud de atravesar el otro lado de las cosas, lo que no vemos, pero existe; devuelve la imagen interna de las vivencias externas.

Los niños son poetas que transforman un palo de escoba en un caballo, en una espada, en un árbol.

Dicen que el artista es aquel que se detiene donde todos siguen de largo.

Cuantas veces los chicos se detienen a mirar algo: un bichito, una gallina, la luna…

Contemplan a su manera.

Nosotros ¿lo hacemos?

 

Habrá que aprender de ellos…  recuperar lo que hemos perdido en el camino.

 

 

 

 

Canciones:

“Nana del Velero”  Letra: Elsa Gaiero – Música e interpretación: Jorge Bonaldi

del CD  “Un gato tiroles” de Jorge Bonaldi   Edición  Uruguay: LBM 4

“Cielo y manzana”   Letra: Beatriz Doumerc –  Música e interpretación: María Teresa Corral

del CD “Estás Creciendo” Edit. La Cornamusa

 


 

Bibliografía recomendada:

 

Con los valores quién se anima”

de Fernando Onetto – Editorial Bonum

“Voces de infancia”  Antología de poesía argentina –  Editorial Colihue

La palabra amenazada” de Ivonne Bordelois – Editorial El Zorzal